Lucha contra las desigualdades

Situación en las comunidades Emaús del Norte de Francia: tres preguntas a Antoine Sueur, presidente de Emaús Francia

Situación en las comunidades Emaús del Norte de Francia: tres preguntas a Antoine Sueur, presidente de Emaús Francia

Desde hace varias semanas han aparecido en la prensa varios artículos sobre los grupos de Francia en los que se habla de condiciones de acogida, de derecho de residencia, de explotación de las personas…

A lo largo de su existencia, nuestro movimiento ya ha tenido que hacer frente a este tipo de contextos, en los que la pobreza aumenta y los grupos sienten cada vez más presión debido al incremento de la precariedad de las personas a las que acoge, por una parte, y a una opinión pública que se crispa rápidamente ante los problemas sociales, por otra.

Estos casos, que, por fortuna, son situaciones aisladas, echan por tierra todo el trabajo que realizan los demás grupos Emaús en Francia, pero también afectan a los grupos de otros países en los que estas noticias se están difundiendo ampliamente a través de las redes sociales.

Emaús Internacional: ¿Qué puedes decirnos hoy sobre estas situaciones?

Antoine Sueur : Desde hace varias semanas, dos situaciones preocupan al Movimiento Emaús en Francia. Aunque afecten a dos comunidades del mismo departamento, se trata de dos situaciones distintas.

A raíz de la publicación de una investigación periodística a finales de junio de 2023, supimos que se estaba llevando a cabo una investigación preliminar a la comunidad de Halte Saint-Jean por «tráfico de seres humanos y trabajo ilegal». De ser ciertos, los hechos mencionados, de los cuales no teníamos constancia, son especialmente graves e impactantes. En la actualidad, gran parte de las compañeras y compañeros prosiguen una huelga iniciada a principios de julio.

En Dunkerque, la mitad de compañeras y compañeros se declararon en huelga en agosto. En esta comunidad, el conflicto nace de una situación de tensión que se venía gestando desde hace varios meses, y de la que ya habíamos alertado a la dirección de la comunidad en varias ocasiones. Emaús Francia había recibido testimonios anónimos de compañeras y compañeros que se quejaban de las condiciones en las que se les acogía y acompañaba. La huelga la desencadenó un cambio en la forma de pago de la asignación comunitaria, y las reivindicaciones pronto se extendieron a cuestiones de condiciones de trabajo y de regularización.

¿Cómo se moviliza Emaús Francia frente a estas situaciones delicadas?

Es nuestro deber ofrecer una acogida digna a todas las personas, y no podemos quedarnos de brazos cruzados si nos llegan testimonios de sufrimiento, por ello condenamos firmemente todo incumplimiento comprobado de las condiciones de acogida en las estructuras del Movimiento. Así, Emaús Francia sigue de cerca la situación de las comunidades del Norte. Se han hecho peticiones, se han tomado medidas y otras están por venir.

Nuestro objetivo es velar por que las prácticas y las condiciones de acogida sean conformes a los valores y al nivel de exigencia de nuestro Movimiento, respetando al mismo tiempo el procedimiento legal y la presunción de inocencia, así como las disposiciones estatutarias que rigen el funcionamiento de nuestro Movimiento.

El Consejo de Administración de Emaús Francia se reunió los días 6 y 7 de julio y tomó varias decisiones relativas a Halte Saint-Jean. Se pidió al Consejo de Administración de Halte Saint-Jean que retirara inmediatamente a la responsable, con el fin de garantizar la protección tanto de las personas acogidas como de la propia responsable, que se encontraba en el centro de unas tensiones que no hacían más que aumentar. Tras asegurarnos de que era compatible con la investigación preliminar, informamos a la comunidad de la necesidad de realizar rápidamente una auditoría para evaluar su funcionamiento, prestando especial atención a los testimonios de las personas residentes. La comunidad de Halte Saint-Jean tiene de plazo hasta finales de septiembre para tomar las medidas necesarias para poner en práctica las peticiones que se le han hecho. Si se supera este plazo y la Halte Saint-Jean no ha hecho nada al respecto, nos veremos obligados a tomar nuevas medidas.

En Dunkerque, Emaús Francia intervino rápidamente para intentar encontrar una solución a la fuerte tensión existente entre las dos partes, pero la dirección de la comunidad no quiso colaborar.

Tanto en Halte Saint-Jean como en Dunkerque, los responsables de las comunidades decidieron dejar de atender las necesidades de los compañeros privándoles de su asignación comunitaria y en Halte Saint Jean incluso se les negó el acceso a productos de alimentación.

En Dunkerque, la dirección de la comunidad ha decidido emprender acciones judiciales contra las compañeras y compañeros que han parado su actividad comunicando una lista con sus nombres. Esta decisión pone en peligro la situación administrativa de dichos compañeros/as.

Condenamos firmemente estas decisiones, que son contrarias a los valores de nuestro Movimiento. En ambos casos se han rebasado límites. En breve se tomarán nuevas medidas.

¿Cuáles son las principales ideas erróneas que están circulando sobre las normas aplicables a los grupos Emaús de Francia?

Se suele entender mal el estatus de los compañeros y el papel de las comunidades. Los compañeros no son trabajadores y las comunidades nunca han sido concebidas como empresas. Desde que fueron fundadas por el Abbé Pierre en 1949, las comunidades Emaús son lugares de acogida, de vida y de proyectos, de actividad y de solidaridad, cuyo modo de vida se basa en la recogida y venta de objetos. Acogen a más de 7.000 compañeras y compañeros al año, a los que se proporciona comida, alojamiento y una asignación comunitaria. Este modelo único de solidaridad se rige jurídicamente por el artículo L265-1 del Código francés de la acción social y de las familias (y no por el Código del trabajo), que establece el estatus de los Organismos de Acogida Comunitaria y Actividades Solidarias (OACAS). Por tanto, los compañeros y compañeras no son empleados ni asalariados, sino que tienen el estatus de trabajadores solidarios.

Así pues, las compañeras y compañeros participan en un proyecto solidario y ecológico y reciben un acompañamiento personalizado que les ayuda a rehacer su vida y a encontrar su lugar en la sociedad, tanto dentro como fuera de la comunidad. Las comunidades Emaús dan una segunda vida a los objetos y, sobre todo, una segunda oportunidad a los hombres y mujeres con dificultades.