La agroecología para luchar contra la pobreza
En cada continente, las asociaciones Emaús elaboran alternativas respetuosas del ser humano y el medio ambiente. En India, la asociación Emaús Kukumbam trabaja desde 1982 por el desarrollo de una agricultura sostenible y responsable para luchar contra la pobreza.
«Desde hace varios años, el cambio climático afecta a los pequeños agricultores, cuyos productos son indispensables para la vida de miles de personas en el mundo», nos explica Oswald Quintal, fundador de la asociación Emaús Kudumbam. «La privatización y el uso irresponsable del agua, consecuencias de la globalización y la revolución verde llevada a cabo por India desde su independencia, agrandan este desastre. Los más pobres son los más afectados, a pesar de ser los que menos responsabilidad tienen».
El objetivo de la asociación es luchar contra la pobreza a través de un uso responsable del agua y una vuelta a las técnicas agrarias ancestrales. Tras trabajar como ingeniero civil especializado en irrigación, Oswald empezó a interesarse por la agroecología, para permitir a los campesinos más pobres preservar la calidad de los suelos, mejorar el rendimiento de su producción, y garantizar así unos ingresos que les permitan satisfacer sus necesidades fundamentales. «Gracias a métodos de agricultura ecológica han podido duplicar la producción alimentaria en diez años», asegura Oswald.
Desde hace 33 años Oswald y su asociación están creando técnicas basadas en la recogida de agua de lluvia, la diversificación de los cultivos o métodos de irrigación y de fertilización de los suelos innovadores. Estas técnicas se prueban en la granja biológica del grupo, llamada Kolunji. Allí, asalariados y agricultores en formación cultivan variedades tradicionales de verduras y alimentos feculentos. Tras 30 años de formación en Kudumbam, 500 agricultores han obtenido la certificación «agricultura biológica». La asociación también ha participado en la creación de una red asiática de lucha contra los pesticidas.
La asociación Emaús Kudumbam está demostrando que las alternativas respetuosas del ser humano y el medio ambiente son posibles, y que permiten luchar de forma eficaz contra la pobreza. Este éxito les legitima para hacer presión sobre las autoridades en cuestiones relativas a la ecología. «Pero con esto no basta, y debemos seguir afirmando nuestros derechos ante las autoridades públicas y dando voz a los más pobres en los espacio de debate», concluye Oswald.
