Salud

"3 preguntas para..." Beron Molantoa, Director de Emaús Cordis (Sudáfrica)

A través de una serie de entrevistas, Emaús Internacional quiere compartir la visión de sus miembros sobre la pandemia de Covid-19 y sus impactos en todo el movimiento. Le damos la palabra a Beron Molantoa, Director de Emaús Cordis quien nos habla de las dificultades de aplicar el confinamiento en los township, de la situación social en Sudáfrica y de cómo afrontan la crisis los grupos Emaús del país.

En Sudáfrica se ha decretado el confinamiento de la población, pero su aplicación es prácticamente imposible para las poblaciones pobres de los township. ¿Por qué motivo?

Es la herencia del apartheid, que el Covid-19 pone especialmente de manifiesto. Durante 25 años de democracia, el problema de las desigualdades entre la mayoría pobre que vive en los townships y la minoría blanca y rica, las élites, y un puñado de gente influyente políticamente, no se ha solucionado.

Las infraestructuras básicas son deficientes en los township y no permiten a la mayoría negra de la población adaptarse a las restricciones de la pandemia y del confinamiento: las carreteras, los hospitales, las zonas donde vive nuestra gente, las escuelas abarrotadas, las largas distancias para ir a trabajar, el sistema educativo y el alcantarillado no están adaptados para permitir a la gente quedarse en un mismo espacio, en contraste con nuestros homólogos blancos, con la élite y el puñado de gente políticamente influyente.

Sudáfrica es el país con el 2º PIB de África y el 34º del mundo. ¿Cómo se explica esta situación social en un país cuya riqueza equivale a la de Israel o Singapur?

Es claramente una consecuencia de nuestro sistema educativo, que no está a la altura de los desafíos y no responde a las necesidades fundamentales de Sudáfrica, en este contexto de competición mundial. Si tomamos el ejemplo de Signapur, desde su independencia en 1965 y hasta 1972 invirtió en su población para garantizar su contribución a la economía del país. Por su parte, Sudáfrica ha hecho muy pocas cosas por la educación y la formación de la mayoría negra de la población, para permitirle participar al crecimiento económico de su país.

Durante los primeros diez años de democracia, se llevó a cabo un proyecto para la reconciliación de la nación. El proyecto fue un éxito, en detrimento de la mayoría negra. La población negra tiene poder político, pero ha sido complicado emplear ese poder en beneficio de la mayoría negra. Los sudafricanos blancos tienen el poder económico. Fue en estos años cuando los asuntos fundamentales de la desigualdad no se abordaron como cabía esperar de la mayoría política, que precisamente es negra.

Después de diez años de reconciliación no se tomó ninguna medida para reducir las desigualdades heredadas del pasado (educación, economía, salud, infraestructuras, etc.) para asegurar que Sudáfrica no sea solo un país de consumidores, sino también de productores.

En lugar de eso, nuestros gobiernos se centraron en una falsa transformación que ha favorecido a las clases medias y altas, bien conectadas políticamente, con el pretexto de reforzar las capacidades de la mayoría negra. Lo triste del hecho de privilegiar determinadas clases sociales es que estábamos contentos son la situación, pero al final los medios de producción no están en nuestras manos.

¿Cómo afrontan los grupos Emaús de Sudáfrica esta crisis y cuáles son sus miedos y esperanzas con respecto al futuro?

Es difícil y creo que aún es demasiado temprano para responder a esta pregunta de forma exhaustiva. Dicho esto, basándome en las preguntas que he hecho a nuestros beneficiarios, nos está resultando difícil afrontar la situación. Algunos están corriendo riesgos saliendo de casa para poder alimentar a sus familias.

Espero que empecemos a ser previsores y a cambiar nuestra mentalidad: no contentarnos con poder sentarnos delante o en medio del autobús, ¡sino tener el autobús! Cualquier problema tiene una solución, lo que tenemos que hacer es encontrar las soluciones. No es fácil, pero podemos hacerlo.

Temo que esta pandemia se propague hasta cobrarse muchas vidas y que la vacuna solo esté disponible para unos pocos y sea inaccesible para la mayoría.