La precariedad es, sobre todo, la consecuencia de fenómenos sociales que perduran. Así, el 80 % de las personas precarias de Francia son obreras y empleadas, frente a un 10 % entre los puestos directivos, según datos de 2019 del Centro francés de Observación de la Sociedad. Sin embargo, al mismo tiempo, el 63 % de los hijos de las personas que ocupan puestos directivos, que tienen profesiones intermediarias o trabajos autónomos cursan estudios superiores, frente a un 32 % de los hijos de personas obreras o asalariadas, según datos de 2021 del Ministerio francés de la Enseñanza Superior.