Toxic tour: visita guiada a la impunidad de las multinacionales en Ginebra

Toxic tour: visita guiada a la impunidad de las multinacionales en Ginebra

Gracias a esta «visita tóxica», organizada por activistas movilizados contra la impunidad de las multinacionales, unos sesenta participantes tuvieron la ocasión de descubrir la cara oculta y los impactos socio-ambientales de grandes marcas que tienen sede Ginebra : H&M, Engie, BNP Paribas o Apple.

© Emmaüs International

El toxic tour, en el que participaron miembros de grupos Emaús llegados de los cuatro continentes, era una iniciativa dentro de la lucha de nuestro movimiento a favor de una economía ética y solidaria. A lo largo del recorrido se fueron haciendo paradas en diversos lugares simbólicos que permitieron descubrir la cara oculta de estas grandes marcas. ¡Una manera diferente de visitar la ciudad!

«Cuando hablamos de corrupción, siempre miramos hacia los países pobres y sus dirigentes, pero ellos no son más que la punta del iceberg. En realidad, estos países se ven arrastrados por las multinacionales de nuestros Estados. La mayor parte de la corrupción tiene lugar aquí, en Europa». Algunas de las multinacionales visitadas en este recorrido:

Viterra: empresa del sector agroalimentario, con actividad a gran escala en la venta de semillas, comprada en 2012 por Glencore, gigante de la extracción minera y la comercialización de materias primas. Parte de las «hazañas» que ha protagonizado Glencore en el ámbito de la violación de los derechos humanos y medioambientales puede descubrirse a través del documental Trading paradise, de Daniel Schweizer, que revela la implicación de esta empresa desde el Perú hasta Zambia, en la contaminación de terrenos, en la polución del aire en Zambia, en el aumento de los casos de cáncer, en la destrucción de cultivos enteros y la expropiación de habitantes indefensos.

Engie: anteriormente, GDF Suez. Este grupo energético francés, todo un número uno de la contaminación, incrementó su explotación de carbón en un 81 % de 2009 a 2015. En 2016, el programa periodístico de investigación Cash Investigation, de la cadena de televisión pública francesa France 2, demostró el papel que había desempeñado esta empresa en la epidemia de enfermedades respiratorias que padeció Morwell: la central de carbón de Engie en la ciudad australiana sufrió un incendio tóxico y, para limpiar el lugar, la compañía envió a trabajadores temporales sin proporcionarles mascarillas ni ningún otro equipo de protección. Muchas personas se intoxicaron e incluso acabaron falleciendo. 

H&M: empresa de moda prêt-à-porter con domicilio social en Suecia. Desde que se creó en octubre de 1947, jamás ha pagado impuestos. Tampoco se preocupa por la seguridad de sus empleados. Basta recordar a las 21 personas que perdieron la vida en 2010 en el derrumbe de una fábrica textil de Bangladesh que trabajaba para esta marca, o a los más de 1000 fallecimientos que provocó en 2013 otro derrumbe. Los talleres acabaron relocalizándose hacia Camboya y Etiopía, donde los sueldos son aún más bajos que en Bangladesh. Los «esclavos del sector textil» trabajan entre 60 y 72 horas a la semana por salarios de miseria, como revela este documental web del canal francés de televisión France 24.

Gunvor: empresa de comercialización de energía. Tiene su domicilio social en Ámsterdam y sus principales centros operativos en Ginebra y Singapur. Está especializada en la compraventa y el transporte de productos petroleros. De hecho, es el tercer comercializador mundial de crudo. La ONG Public Eye ha publicado un informe que saca a la luz el desvío de los beneficios procedentes del petróleo de Gunvor en el Congo entre 2010 y 2012. Procesada por los tribunales suizos, la empresa reconoció haber pagado sobornos «astronómicos» a dirigentes congoleños.

Deustche Bank: banco acusado de blanquear capitales en Argentina y de haber evadido mil millones de dólares al fisco de ese país entre 2001 y 2008. Se ha enfrentado a varios juicios, que desde 2012 le han costado ya casi quince mil millones. Ha sido condenado por blanqueo de capitales y uso de información privilegiada en la manipulación de los tipos de interés interbancarios, al igual que las entidades Citygroup, Société Générale, JP Morgan, UBS y HSBC. También se vio implicado en la crisis de las hipotecas subprime y en los papeles de Panamá. El Deutsche Bank estuvo a un paso de quebrar en 2016, pero un año más tarde se salvó gracias a la ayuda de un fondo soberano de Qatar, del gigante de la gestión de activos BlackRock y del grupo chino HNA.

Por último, Apple: empresa que paga impuestos en Irlanda (apenas el 0,005 % de sus beneficios) y que, en 2012, después de haber obtenido unas ganancias de doscientos millones en Suiza, habría tenido que abonar 41 millones de francos suizos, en lugar de los 6,2 que finalmente pagó.