Paz

Se cumple un año de la invasión rusa en Ucrania. ¡Los pueblos necesitan paz!

<strong>Se cumple un año de la invasión rusa en Ucrania. ¡Los pueblos necesitan paz!</strong>

Hace un año, Vladimir Putin burlaba el derecho internacional ordenando la invasión de Ucrania y lanzando una operación militar de gran magnitud. Desde entonces, las fuerzas de invasión rusas no han dejado de bombardear este territorio mutilado, provocando una auténtica catástrofe humana y ecológica.

Por desgracia, esta guerra todavía no ha terminado ni tampoco los daños que causa a la población. Al contrario, va agravando rápida y peligrosamente numerosos factores de vulnerabilidad: el derecho a la alimentación, el acceso al agua potable, el derecho a la vivienda o el derecho a la educación y a la salud. Según las Naciones Unidas, cuatro de cada diez personas en Ucrania necesitan ayuda humanitaria, mientras que la población que ha huido del país asciende a ocho millones, una cifra sin igual desde la Segunda Guerra Mundial. Ante esta situación, nuestra solidaridad ha de ser férrea y duradera,  y nuestro mensaje de paz y acogida incondicional, inviolable.

Con ocasión de este primer aniversario del comienzo de la guerra rusa contra Ucrania, el movimiento Emaús reafirma su apoyo a toda la población ucraniana, así como al ala demócrata rusa y bielorrusa, perseguida por oponerse a esta injusta agresión ejercida en su nombre. Rechazamos categóricamente el imperialismo ruso y llamamos a toda la comunidad internacional a consolidar las discusiones sobre una resolución pacífica del conflicto.

Decenas de miles de personas ayudadas por Emaús

El pasado mes de mayo, todo el movimiento Emaús lo afirmaba alto y claro: «Queremos resistir a la mentira, a la corrupción, a las violencias, a la dominación y a los poderes ilegítimos».[1] Estas palabras de resistencia se acompañaron con actos significativos. Desde hace un año, los dos grupos Emaús presentes en el oeste de Ucrania concentran sus actividades en la población vulnerable y en las personas desplazadas desde el este del país. La extraordinaria movilización de los grupos Emaús del mundo entero y, sobre todo, de Europa, ha permitido aportar ayuda humanitaria concreta a decenas de miles de personas. En Lviv se ha abierto un centro diurno para acoger a personas refugiadas. Igualmente, la solidaridad del movimiento Emaús permite a los compañeros y las compañeras de Ucrania continuar sus acciones diarias.

Mientras que la Asamblea General de la ONU votaba el pasado jueves 23 de febrero una resolución que llamaba a una paz «justa y duradera» en Ucrania, Emaús Internacional se une a este llamamiento ante la invasión indefendible de Rusia, que amenaza la vida, la dignidad y los medios de supervivencia de numerosas poblaciones del mundo. A este respecto, los países más ricos tienen que dejar de aplicar una doble moral en materia de solidaridad y acogida, y actuar con coherencia. La reacción colectiva de numerosos países a la llegada de millones de personas ucranianas huyendo del conflicto, así como las disposiciones adoptadas para acogerlas tienen que ser una regla, no una excepción. Este conflicto, al igual que todos los conflictos del mundo, nos muestra que es urgente actuar por una solidaridad mundial ante las crisis múltiples que azotan cada vez más a nuestro mundo globalizado e interdependiente.

[1] Declaración final de la Asamblea Mundial de Emaús Internacional, Piriápolis, mayo 2022.

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