Emaús Feniks es el último grupo holandés que se ha incorporado a Emaús Internacional (se afilió en 2011). Su nombre hace referencia al ave fénix. Con él, el grupo quiere dejar patente su afán de ayudar a las personas para que puedan renacer después de una experiencia difícil. Emaús Feniks ofrece techo a quienes más sufren, proporcionándoles cama y un motivo por el que levantarse cada mañana. Los compañeros, que conviven en un antiguo monasterio trapense que en su momento llegó a albergar hasta a noventa monjes, realizan las tareas tradicionales de las comunidades Emaús: recogida de material usado, clasificación, reparación y reventa a precios asequibles. Emaús Feniks también cuenta con una granja ecológica, en la que cultiva frutas y verduras y cría pollos y cerdos. Una parte de la producción de esa granja se destina al consumo cotidiano del grupo y la otra, a la venta.
Emaús Feniks parte del principio de que todas las personas tienen derecho a vivir y a trabajar. La vida y el trabajo en comunidad permiten a los compañeros sentirse seguros y creer en sí mismos. Retomar un trabajo diario en el que no se les exigen resultados concretos les ayuda, además, a adquirir experiencia. De ese modo, muchos de ellos recuperan poco a poco la confianza en sus capacidades y pueden volver al mercado laboral convencional.
