Paz

El Líbano, Israel y Palestina: las muertes y los crímenes se acumulan bajo los escombros del derecho internacional

El Líbano, Israel y Palestina: las muertes y los crímenes se acumulan bajo los escombros del derecho internacional

El 7 de octubre de 2023, tras un ataque de los comandos del brazo armado de Hamas en su territorio, Israel declaró la guerra a la organización afincada en Gaza. Un año después, la zona de guerra se ha ampliado de la franja de Gaza hasta el Líbano. La cartografía de actores implicados en esta ola de enfrentamientos (Israel, Hamas, Hezbollah libanés, Hutíes de Yemen) hace temer un estallido de la región a gran escala, como consecuencia de una escalada colonial de la violencia.

El desencadenamiento de tanta violencia no se puede entender sin tener en cuenta que se trata de un conflicto que empezó hace 70 años, caracterizado por violaciones constantes del derecho internacional, la expulsión y el desplazamiento de las poblaciones civiles en el marco de la colonización israelí, y el resurgimiento sin fin de guerras y ataques de violencia de todas las partes implicadas. A lo largo del conflicto, todos los bandos han cometido atrocidades.

Según las cifras de UNICEF, el número de víctimas del ataque del 7 de octubre asciende a 5 400 heridos/as, 1 200 muertes, entre ellas 37 niños/as. 101 rehenes siguen cautivos, incluidos 2 niños/as. En el caso de los bombardeos y de la guerra en Gaza, este número supera las 100 000 personas heridas y 42 000 asesinadas, de entre ellas, 14 000 niños/as. En el Líbano, también según UNICEF, 5 000 personas, entre ellas casi 700 niños/as, han sido asesinadas y 1,2 millones, entre ellas 400 000 niños/as, han acabado desplazadas. La situación humanitaria es ahora catastrófica se mire por donde se mire.

Mientras los crímenes de guerra se siguen acumulando de forma dramática en la región, la comunidad internacional, en concreto los estados más influyentes, se contentan con reiterar sus denuncias, negándose a tomar las medidas necesarias para ponerle fin.

Recordemos que el 26 de enero de 2024, el Tribunal Internacional de Justicia reconoció la existencia de un «riesgo real e inminente de que se causara un prejuicio irreparable» a los/as habitantes de Gaza. Unos meses más tarde, la comisión especial de investigación de la ONU también acusó a Israel de cometer “crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad” durante las operaciones militares y los ataques en Gaza desde el 7 de octubre de 2023.

No obstante, estas acusaciones no tuvieron los efectos esperados, puesto que las víctimas se multiplican tanto en Cisjordania como en Gaza y son ahora los/as libaneses/as quienes temen a cada minuto por su vida, tal y como atestigua el grupo Emaús presente en el país.

La AEP, Association d’Entraide Professionnelle (Asociación de asistencia profesional, por sus siglas en francés), creada en el Líbano en 1984 y miembro de Emaús Internacional desde 1995, ha tenido que cesar, de forma temporal, todas las actividades de microcréditos que proponía a cientos de familias. Los/as miembros de la asociación siguen escondidos/as en sus casas. Los/as beneficiarios/as, que ya sufrían unas condiciones de vida frágiles, ven como su precariedad se duplica y uno de ellos, el señor Nazir Youssef Noun, ya perdió la vida en el valle de la Becá.

«Estamos frontalmente en contra de cualquier tipo de agresión, sea cual sea, que asesine a inocentes, destruya hogares y obligue a las familias a huir, denuncia Camille Chedid, presidente de la AEP y de la Región Asia de Emaús Internacional. No podemos aceptar esta violencia sin sentido. Es el momento de acabar con esta espiral de destrucción y dolor. Hacemos un llamamiento en favor de la paz, la protección de las vidas humanas y el respeto de la dignidad de cada persona. Que nuestras voces se unan para construir un futuro en el que nadie deba sufrir el miedo y la angustia de perder todo lo que le es preciado».

Sin embargo, los combates se propagan, los crímenes de guerra se multiplican, sobre todo los que comete el Estado de Israel, y la ayuda humanitaria se ve obstaculizada a diario.

La falta de un levantamiento masivo y de medidas drásticas deberían hacer que nos preguntáramos acerca del fracaso de las instancias internacionales a la hora de hacer que se respeten los derechos universales fundamentales. Si los/as dirigentes de los países occidentales no se hacen responsables y ponen en marcha una estrategia para salir de la guerra, ¡es la solidaridad civil quien debe alzar la voz y reclamar actos valientes!

La historia nos ha demostrado que la inacción frente a la guerra siempre hace indigna a la impasibilidad. Como Movimiento que trabaja en favor del acceso a los derechos fundamentales y al derecho de los pueblos a decidir por sí mismos, Emaús Internacional aboga por una serie de decisiones diplomáticas firmes, para que las mujeres y hombres privados/as de un presente viable, puedan tener un futuro pacífico.