Thanapara Swallows implementa acciones esenciales con las personas refugiadas rohingyas

Desde la llegada de las primeras personas refugiadas rohingyas en 2017, el grupo Emaús Thanapara Swallows se movilizó para ayudar, junto con muchas ONG locales y actores de la sociedad civil de Bangladesh. Mynul Haque (Santo), responsable del grupo, explica:
“Hemos repartido alimentos nutritivos a cientos de mujeres y niños refugiados. Pero nuestra acción no se queda en la emergencia. Con el apoyo de Emaús Internacional, implementamos formaciones profesionales para que desarrollen competencias útiles y comercialicen sus productos artesanales.«
Además, el grupo apoya a los/as habitantes locales, que a menudo tienden a emigrar sin papeles por falta de soluciones en su zona. Para hacer frente a esta situación, Thanapara Swallows lleva a cabo acciones de prevención: “Hemos implementado dos comités locales, explica Mynul Haque (Santo): un grupo de jóvenes voluntarios y un grupo social compuesto por cargos electos, religiosos, periodistas y representantes de la administración. Estos grupos organizan reuniones frecuentes sobre los desafíos de la migración en nuestra zona de acción”.
Estas reuniones facilitan la transmisión de la información y alertan a tiempo sobre algunas situaciones. “En tan solo estos últimos dos meses, añade el responsable del grupo, hemos podido detectar tres casos de jóvenes víctimas de fraude en sus documentos de partida. Los hemos acompañado para que obtuviesen un apoyo jurídico y pudiesen acceder a sus derechos”.
Asimismo, en la región de Rajshahi, el grupo trabaja directamente con los servicios públicos. Colabora con el departamento para el desarrollo de la juventud del gobierno local en la organización de talleres para jóvenes que se plantean irse. Estas formaciones les informansobre las opciones de migración legal, los peligros de las redes clandestinas y los medios para evitar los timos o la violencia.
El grupo Thanapara Swallows también defiende un enfoque más humano y constructivo de la migración. Mynul Haque (Santo) concluye:
“La migración tiene efectos positivos muy importantes. Proporciona oportunidades profesionales, mejora las competencias de las personas, reduce el paro y genera intercambios de saberes y de fondos que apoyan a las comunidades de origen. Es un elemento inevitable, pero, sobre todo, beneficioso para la vida económica y social. En un país como Bangladesh, donde los ingresos procedentes de la migración representan una parte importante de los recursos nacionales, es indispensable plantear la migración bajo el ángulo de la libertad y del desarrollo, no como una amenaza”.