En Colombia, EMAÚS BUENAVENTURA trabaja con las personas más excluidas desde hace 40 años

Desde hace más de 40 años, Emaús Buenaventura, miembro de Emaús Internacional, actúa por las personas más frágiles en Buenaventura, el principal puerto de Colombia. Esta asociación,
creada en 1981, lleva a cabo acciones sociales y educativas en un territorio en el que la población sufre casos de violencia, tráfico y pobreza.
Debido a su posición estratégica, la ciudad está en el centro de los enfrentamientos entre grupos armados, sobre todo, de narcotraficantes. La violencia tiene mucho impacto en los campos vecinos, donde viven muchas comunidades afrodescendientes e indígenas. En este contexto, decenas de familias deben huir de sus pueblos. Llegan a Buenaventura, a menudo con pocos recursos, y viven en condiciones precarias. La mayoría de ellos son mujeres y niños.
Desde principios del mes de junio de 2025, ha aumentado la llegada de personas exiliadas que huyen de leyes restrictivas en contra de la inmigración promulgadas por los Estados Unidos. Además, son víctimas de redes ilegales que se aprovechan de su vulnerabilidad.
David Sinza, responsable de Emaús Buenaventura dice: “Para ir a Yurumanguí, por ejemplo, ya no se puede tomar el barco: los piratas armados pueden pararnos en pleno camino. La gente no puede entrar ni salir. Los que huyen llegan aquí, pero luego viven en lugares temporales, como antiguos anfiteatros, sin condiciones higiénicas ni acompañamiento”.
Frente a esta emergencia, Emaús Buenaventura lleva acabo acciones con los niños y las mujeres, las principales víctimas de estos conflictos. En el grupo, los niños cuentan con un seguimiento de los miembros, voluntarios, médicos, psicólogos y educadores. El grupo apoya a mujeres que crean sus propias actividades económicas, para que puedan alcanzar más autonomía. La asociación organiza grupos de apoyo y busca soluciones para ayudar a estas mujeres a proteger su producción y vender sus productos por internet.
“Sabemos que somos un grupo pequeño, pero nuestro papel es fundamental: tejer un hilo de esperanza para los niños, las familias, los barrios”, explica David Sinza. El mes pasado se organizó una marcha blancha y los miembros del grupo Emaús propusieron una acción simbólica sobre el textil, con el objetivo de poner en valor el trabajo que lleva a cabo con las personas excluidas, las víctimas de conflictos y las mujeres.
Emaús Buenaventura lleva a cabo acciones de incidencia política para evitar que las personas más pobres se vean obligadas a irse de su territorio. Para que la situación evolucione a nivel nacional, es importante que se transmita su mensaje a nivel internacional. En marzo, el grupo envió una declaración a Emaús Internacional para alertar sobre la situación en su región.
“Lo que queremos es que la gente nos ayude a visibilizar esta situación humana para que podamos combatirla” concluye David Sinza.