Flavio Veronesi, religioso italiano, participó en los inicios de Emaús en Bilbao, España. A finales de los años 70, sus superiores le enviaron a Colombia, donde decidió poner en marcha la obra del movimiento. En el puerto de Buenaventura, en la costa del Pacífico, no había salvamento posible. Los más pobres eran los pequeños pescadores. Así que, en una pequeña choza sobre pilotes, creó la comunidad de pescadores Emaús, con una vecina, «la Negra», que se ocupaba del barco y del material, y un pescador, «el Cauca», que permaneció fiel durante más de 20 años.
